Y por qué no aprovechar el verano para contarles cuentos a nuestros hijos y recuperar la manera tradicional de transmitir ese conocimiento.
Ahí va mi primera propuesta:
Sin embargo, allá a lo lejos vieron brillar la luz de una casita...
(la casita de chocolate)
...y hacia ella se dirigieron. Era una casita extraordinaria. Tenía las paredes de caramelo y chocolate. Y como los dos hermanos tenían hambre se pusieron a chupar en tan sabrosa golosina...
ResponderEliminarEs una idea genial!!